lunes, 20 de agosto de 2012

IMPORTANCIA DE LA BUENA ROPA.

Las primeras impresiones son aptas para ser permanente, sino que es de importancia que deben ser favorables. El vestido de un individuo es esa circunstancia de la que por primera vez forman su opinión sobre él. Es aún más prominente que forma, hecho, es lo único que se comentó en un encuentro casual, o durante la primera entrevista. Es, por lo tanto, debe ser el cuidado primero.
¿Qué estilo es a nuestros pensamientos, el vestido es para nuestras personas. Se puede suplir la falta de cualidades más sólidas, y sin ella el sólido mayoría son de poca utilidad. Los números deben su elevación a su atención al servicio. Lugar, la fortuna, el matrimonio se han perdido por descuidarlo.
Tu vestido debe ser siempre coherente con su edad y su exterior natural. Lo que se ve outr, por un hombre, será aceptable en otra. Como el éxito en este sentido depende casi enteramente de las circunstancias particulares y peculiaridades personales, es imposible dar indicaciones generales de mucha importancia. Sólo podemos señalar el campo de estudio e investigación, sino que pertenece al genio propio de cada uno y la industria para deducir los resultados. Sin embargo, usted puede ser feo, puede estar seguro de que hay algo de estilo de habiliment que le hará transitable.
Si, por ejemplo, tiene una mancha en la mejilla que rivaliza en esplendor la mejor Chateau-Margout, o bien, se ven afectados por una nariz cuyo brillo se atenúa el rubí, es posible emplear estos tonos del vestido, que el ojo, en lugar de ser sorprendido por la extrañeza del defecto, estarán encantados con la armonía elegante de los colores. Cada uno no puede de hecho ser un Adonis, pero es su culpa si es un Esopo.
Casi todos los defectos de la cara puede ser ocultado por un uso juicioso y arreglo del cabello. Tenga cuidado, sin embargo, que su pelo no ser de un solo color y sus bigotes de otro, y deje que su peluca ser lo suficientemente grande como para cubrir la totalidad de su pelo rojo o blanco. Es evidente, por lo tanto, que aunque un hombre puede ser feo, no hay necesidad de su impactante ser.

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